Epitafio que había propuesto Fabio Echeverry para Oscar

"Aquí yace quien en vida, ni durmió, ni dejó dormir"

Obra

COPYRIGHT@DERECHOS RESERVADOS DE AUTOR

-

CONTENIDO DEL BLOG

sábado, 8 de noviembre de 2008

VARGAS - Por Ernesto Pino

Un cuentico del año 2000 sobre una anecdota de Oscar.
Como personaje de novela que es, Oscar Vargas, con su talante de payador y su cuentística que alborota las reuniones, se le ocurrió decir lo que décadas atrás le sucedió como estudiante universitario. Después de oír el relato y conociéndolo a el, podría abrir un concurso en el sentido de apostar si la historia realmente le paso, fue su invento o la conoció en alguna de sus noches bohemias y cantadoras.
Era mas joven y supongo que tenia una cabellera mas abundante, abdomen menos pronunciado, y cuando dentro de su rutina de estudiante, en una calle del barrio Obrero, a las 8 de la mañana, le puso la mano a un bus urbano para ir a la universidad. Tenía en su bolsillo dos billetes, uno de peso y otro de cien. En medio del desorden que caracteriza la entrada al bus y el paso por la registradora, Oscar pago al conductor y muy cerca del mismo se agarro del pasamano que tienen los buses para los pasajeros de pie. En un recorrido normal, donde la gente entra y sale, el chofer, varias veces preguntaba por el pasajero de la devuelta y Oscar, ensimismado en su sueño despierto de estudiante y músico, solo atinaba a pensar que una devuelta, cualquiera que fuese, le compensaba al conductor el esfuerzo de un trabajo demoledor que empieza a las 4 de la mañana y termina a las 8 o 9 de la noche del mismo día. Una cuadra antes de bajarse y viendo que nadie reclamaba el vuelto, Oscar llevado por un sentimiento de solidaridad con el chofer, de viva voz, le increpo, diciéndole que se quedara con ella. Bajo del bus y cuando ya tomaba camino de la Universidad, recordó que debía comprar unas conferencias y acto seguido registró en su bolsillo el billete de cien que le quedaba. Cuando observo que el billete que tenia no era de cien sino de peso, un río de sangre caliente le subió a la cara y maldijo con la rabia de un guitarrero al que se le rompió una cuerda en pleno concierto. Efectivamente, Oscar pagando uno de sus karmas, había cancelado el bus con el billete de cien y no había reclamado su devuelta.
Cualquier día del año 2000.

No hay comentarios: